La lectura rápida es la habilidad de comprender ideas y conceptos al leer grupos de palabras a través de técnicas para el entrenamiento físico de los ojos, al igual que el entrenamiento mental.
A diferencia de la lectura tradicional, en donde se lee palabra por palabra por cada golpe de vista, en la lectura rápida se aprende a procesar grupos de palabras por cada fijación ocular, lo que permite su comprensión, teniendo como resultado, la comprensión de estas como “ideas completas”.
Cada persona puede adquirir herramientas que ayudarán a tener la habilidad de lectura rápida, claro está, que esto no se logra de un momento para otro, puesto que para desarrollar esta habilidad, se requiere de varias sesiones de entrenamiento y de práctica.
El proceso que es usado cuando se lee de una manera tradicional, funciona de la siguiente manera: Cuando leemos, lo primero que hacemos es mirar la palabra, luego formamos el sonido de las palabras con las cuerdas vocales, posteriormente vamos a escuchar el sonido de la palabra y justo en ese instante, nos detenemos a escuchar el sonido de cada palabra que pronunciamos, logrando solo así leer a la misma velocidad a la que hablamos: alrededor de 150 a 200 palabras por minuto. Finalmente en nuestra mente visualizamos el significado de la palabra.
Es por esto que 150 a 200 palabras es la velocidad de lectura promedio para la gran mayoría de personas en el mundo, incluso cuando leen mentalmente o en silencio. Lo interesante es que cuando se lee en silencio, no se utilizan las cuerdas vocales, ni se pronuncia ningún sonido, sin embargo, en la mente se escucha una voz interna de lo que se está leyendo, lo que limita la lectura a 300 palabras por minuto (ppm), que es la velocidad máxima en la que podemos escuchar teniendo una total compresión.
Leer de manera tradicional, es un proceso muy lento para nuestro cerebro, ya que está muy por debajo de nuestra capacidad visual y mental. Esta es una de las razones por la que muchas personas pierden la concentración y no disfrutan de la lectura, ya que nuestro cerebro está acostumbrado a procesar información tan rápido que pierde el foco de atención teniendo que escuchar el sonido de cada palabra, porque no está estimulado a la velocidad adecuada. Mientras más lento se lea, más fácil otro pensamiento robará nuestra concentración, puesto que los ojos, son mucho más lentos leyendo de lo que el cerebro procesa información, por lo que acaba distrayéndose.
Se lee de esta manera porque es un hábito formado desde que se aprendió a leer y es una costumbre que ha estado arraigada a través de los años. Pero la realidad es que podemos pensar y captar información mucho más rápido de lo que podemos hablar y escuchar. Puesto que si se logra que estos saltos de vista sean más fluidos y que no se detengan en cada palabra que se lee, se podrá leer y comprender más rápido. Para esto, Kufu Programa de Entrenamiento de Lectura Rápida y Comprensiva cuenta con una serie de actividades para entrenar el movimiento físico de los ojos, de tal manera que se acelere la velocidad de estos saltos de vista para lograr que la lectura sea más rápida y eficiente.
Gracias a Kufu Programa de Entrenamiento de Lectura Rápida y Comprensiva vamos a optimizar el proceso de la lectura tradicional, especialmente cuando leemos mentalmente o en silencio.
Con nuestro programa de entrenamiento ocular progresivamente se aprenderá a escuchar más rápido en la mente, y poco a poco se dependerá menos de la voz interna para comprender más rápido lo que se lee. Posteriormente se aprenderá cómo ampliar el campo visual o visión periférica que es aquella visión que permite abarcar hasta casi 180° de la vista. En efecto, se ampliaría la visión periférica y se podría lograr ver más palabras por cada golpe de vista o fijación ocular.
Por último, durante nuestro programa de entrenamiento mental progresivamente se logrará entender oraciones completas. ¡Una palabra puede decir muchas cosas, pero una oración o frase dice algo en concreto! Nuestra mente hace una imagen más clara de lo que leemos cuando lo hacemos de una manera más rápida, y a través de oraciones logrando así comprender y recordar más fácilmente lo que leemos.
Como podemos ver, sí es posible leer más rápido, aprendiendo a trasformar esas palabras directamente en imágenes mentales, con la ayuda de varias sesiones de entrenamiento. Por último, al visualizar en nuestra mente las ideas y los conceptos, se puede interconectar cualquier nuevo conocimiento, con lo que ya conocemos, en lugar de leer en cuatro pasos: ver, pronunciar y comprender, este proceso puede reducirse a dos: ver y comprender.